Proyecto de producción textual

La fe mueve montañas

 Nunca pensé que le pasaría eso a ella, siempre había sido tan fuerte, tan valiente que verla así pensé que la perdería para siempre...

(6 MESES ATRÁS)

Toda mi vida he vívido con mi abuela (Elva Rosa Pérez Trigos, tiene una piel hermosa blanquita, nació el 4 de octubre de 1956, le gustaba vestirse bien y era súper coqueta, alegre, con un carácter fuerte pero muy cariñosa, una persona hermosa tanto físicamente), en el 2011 nos fuimos a vivir a Venezuela (tenía 10años). El 15 de marzo del 2012 (mi cumpleaños) la operaron de corazón abierto, ese mismo año tuvimos una estabilidad tanto económica como espiritual por 5 años, esos fueron los mejores años de mi vida. Pero todo eso termino en los primeros meses del año 2017 (un año que nunca olvidaré y marco un antes y un después).

A principios del 2017 mi abuela se sentía muy mal, mas enferma de lo normal. Tenía un dolor muy fuerte en el seno izquierdo, pasó un mes (febrero) y aun se sentía igual y cada día peor, ya ella no aguantaba el dolor, entonces fue al médico y él le mando hacerse una mamografía, en esa mamografía no le salió nada. Ella pensó que tal vez eso era normal por lo que era operada del corazón,  pero lo que nunca se imaginó es que ese dolor cambiaría nuestras vidas.

A mitad de marzo (un día antes de mi cumpleaños) volvió hacerse una mamografía y una ecografía. En la mamografía se pudo ver una mancha que no era normal y así mismo se vio en la ecografía. Al médico la presencia de esa mancha no le gustó mucho, y nos dijo que tal vez podía ser un tumor o cáncer. Le hicieron más exámenes, el proceso era muy largo pero ella decidió esperar y dejar eso para después de mi cumpleaños. El día de mi cumpleaños, lloro y me pidió perdón por si el siguiente año no me iba acompañar y yo solo le dije es que Dios es muy grande y que eso no pasaría. No podía imaginar una vida sin ella, ha sido mi todo y es mi motor para superarme y sin ella no tendría una gran motivación.

La siguiente semana fue solo exámenes para mi abuela, el médico le hizo una pequeña operación en la cual le sacaron sangre negra del seno y le realizaron una biopsia, los resultados de la biopsia se lo entregaban hasta 15 días después, pues ya la siguiente semana era semana santa y estarían de vacaciones, mi abuela no quería esperar, pues ella al igual la familia estaban preocupados.

Habló con mis tíos y mi mamá que viven  en Cúcuta y ellos le dijeron que viajara a Cúcuta y ellos la ayudaban en todo, ella dijo que si y el miércoles santo nos fuimos para Cúcuta.

Mi abuela estaba un poco triste y con mucho miedo con los resultados y así como ella estaba así, todos estábamos. Mi tío Daniel (el hijo menor de mi abuela) para distraer a mi abuela decidió hacer una salida familiar para Pamplona. El viernes santo fuimos a Pamplona a ver el desfile,  mi abuela al principio estaba muy bien y se veía muy feliz entonces caminamos un rato por la plaza; pero de un momento a otro mi abuela dijo que le dolía mucho la pierna y no podía seguir caminando mas porque el dolor le llegaba hasta la espalda, entonces decidimos ir almorzar para devolvernos a Cúcuta, el resto de la tarde fue tranquila y muy linda, disfrutamos como familia. Al llegar a Cúcuta mi abuela aun se sentía mal y con mucho dolor. Al siguiente día no podía caminar y ese mismo día yo me tenía que devolver a Venezuela pues el lunes comenzábamos clases.

Mi abuela ese día se quedó muy triste y lloro cuando yo me fui, yo estaba igual o hasta peor que ella. Al llegar a Venezuela me hablaba todos los días con ella, ella me decía que se sentía muy bien y que estaba esperando los resultados de la biopsia para ver que le harían. Cuando le dieron los resultados le dijeron que si tenía cáncer pero que no lo tenía tan avanzado ¿pero realmente eso era verdad? Pasaron muchas cosas…

Comenzaron aplicarle la químio, en la primera aplicación ella me dijo que estaba bien y que los hermanos e hijos de ella la fueron acompañarla y apoyarla, yo me sentía algo triste porque no estaba físicamente con ella.

Pasaron los días y a medida de que ella iba avanzando con las químio poco a poco dejó de responder mis mensajes y muy rara vez contestaba mis llamadas, yo le preguntaba a mi mamá que como estaba ella y me decía que algunas veces bien y otras veces muy enferma. Yo ya quería terminar el año escolar para ir a verla y acompañarla.

Pasaron 2 meses y yo estaba a días de salir de vacaciones (salía en 18 de junio). Le dije a mi mamá que fuera por mí y tres días después de salir de vacaciones fue por mí, yo ya tenía todo listo para venir a vivir a Cúcuta. Mi mamá me dijo que tenía que ser fuerte que mi abuela ya no era la misma y que había cambiado mucho físicamente.

El martes 20 de junio del 2017, todo el día duramos viajando y cuando llegamos a Ureña-Venezuela, no podíamos pasar porque ya habían cerrado la frontera. Al siguiente día pasamos la frontera a las 10:00 am, mi mamá me volvió a decir que tenía que ser fuerte y que no podía llorar delante de mi abuela, yo estaba muy nerviosa y tenía mucho miedo, me estaba imaginando lo peor pero lo que  me esperaba no era ni la mitad de lo malo que me imaginaba. Cuando llegué a la casa (San Martin, esa casa es de mi abuela), lo primero que hice fue dejar mis maletas en mi habitación y fui rápido a ver a mi abuela. Creó que ese ha sido el momento más difícil que he pasado hasta ahora en mi vida.

Cuando vi a mi abuela no parecía ella, a penas se podía reconocer, parecía otra persona. La vi muy enferma, sin cabello, sin cejas, súper delgada, débil, casi no podía hablar. Cuando ella me vio  me sonrió y me saludo, yo la abrace y le dije que la amaba y que la había extrañado mucho. No podía aguantar más las ganas de llorar y salí de la habitación y me fui a la mía, comencé a llorar como una niña pequeña, mi mamá cuando me vio me abrazo y me dijo que tenía que ser fuerte y ella también comenzó a llorar, me dijo que lo que ella necesitaba era mucho amor y apoyo y que no le demostráramos que estábamos tristes por verla así y yo solo pensaba como voy hacer eso, ¿acaso estaban ciegos o qué? Ella se veía muy mal. Cuando mi mama salió, entro mi tío Daniel y me dijo que ella ya estaba mejorando del cáncer y eso era lo importante, yo solo me quede callada.

Ese día fue una prima de mi mamá a visitar a mi abuela, yo estaba lavando los platos y arreglando cocina, cuando ella entro a la cocina y me dijo que nunca espero ver a mi abuela así pero que tenía que ser fuerte que ella iba a salir de esta como siempre. Me piden ser fuerte ¿pero cómo? Verla tan mal, no podía serlo.

El resto del día casi no la pude ver sin que se me salieran las lagrimas, ese día mi hermana Keisi estuvo conmigo, al llegar la noche mi abuela me dijo que durmiera con ella y yo acepte. En la noche mi abuela casi no durmió bien, hablaba y se movía muy raro, se levantó muchas veces a pedir agua.

El jueves 22 de junio mi abuela estaba muy enfermita, una prima (Dayana) se quedó con mi hermana y conmigo acompañando a mi abuela.

El viernes 23 de junio mi abuela tenía químio, entonces ese día me levanté temprano para ayudar a mi mamá y a mi tío con mi abuela. Llevándola de la mano con mi tío al baño, de un momento a otro se nos cayo, estaba muy débil, la bañaron rápido y la vistieron para llevarla al médico, saliendo de la casa las piernas le comenzaron a templar y se iba a caer, mi mamá me dijo que buscara rápido una silla para que la sentaran y eso hice, por un momento mi abuela no respondió, mi mamá la llamaba y no respondía como a los 10 segundos reaccionó y dijo que estaba bien, la subieron rápido al carro y se la llevaron, en toda la tarde no supimos nada de ella, por la noche mi mamá me llamo y me dijo que mi abuela estaba muy débil y que la iban a hospitalizar. Yo ese día me puse súper triste y llore, quería verla y decirle que siempre iba a estar con ella.

El sábado en la mañana llegó una tía, los hijos (mis primos), el esposo y un tío, de Bogotá. A mi tío si lo conocía pero a mi tía y la familia de ella no, sabía que se llamaba Laura pero nunca la había vistió, ellos fueron un gran apoyo. El mismo día que llegaron fueron a ver a mi abuela, yo les pedí que me llevaran pero me dijeron que no, entonces me quede con mis primos y mi hermana.

4 días después le volví a pedir a mi tía que me llevará a ver a mi abuela y esta vez no se pudo negar, en la clínica tuve que esperar mucho para poder verla. Cuando por fin me dejaron verla, no sabía lo que me esperaba. Mi abuela estaba peor de lo que la había visto antes, no me conocía y me hablaba muy poco, me dolió mucho verla así. Mi tía Laura me dijo que nos fuéramos para la casa ya, saliendo de la habitación de la clínica, comencé a llorar y vi a mi mamá y le fui abrazar y le dije que ya no podía más, que no soportaba verla así, mi mamá me dijo que tenía que ser fuerte.

Mi mamá se estaba quedando con mi abuela en las noches.

Mi tía y su familia se devolvieron a Bogotá igual que mi tío. En esa semana paso mucho, mi abuela cada día empeoraba más y más, los médicos le hicieron firmar un papeleo a mi mamá en el cual ella autorizaba que no le hicieran reanimación por si le daba un paro respiratorio pues ya que si hacían eso mi abuela iba a sufrir más, pasando los días mi abuela comenzó a llamar a personas y se despedía de ellas. Fueron días difíciles, mi abuela se la pasaba durmiendo y un psicólogo nos dijo que eso era normal, que ella al pasar de los días poco a poco iba a dormir más hasta que se dejara ir. Mi abuela en esa semana sufrió un paro respiratorio pero no fue nada grave y no necesito de reanimación gracias a Dios.

Llegó el mes de julio y mi abuela cada vez seguía peor y algo gracioso de este mes es que 4 de 6 hijos que ella tiene cumpleaños en este mes, mi mamá cumple el 2, mi tío (el mayor) el 9 y mi tía Laura y mi tío Daniel el 10. Mi abuela dijo que esperaría hasta el 10 para felicitar a sus hijos y después se iría a descansar. Mi tía Laura volvió y esta vez vino a enterrar a mi abuela, pues mi abuela al pasar los días cada día estaba peor.

Llegó el 10 y ese día nos fuimos almorzar todos, hermanos y sobrinos. El 12 de julio tía se devolvió a Bogotá y esta vez yo me fui con ella, cuando me fui a despedir de mi abuela, ella se puso a llorar y me dijo que la perdonara si cuando yo volviera ella ya no estaba presente que ella estaba luchando con todas sus fuerzas por mí, que nunca olvidara que yo siempre fui y seria su muñeca, se me salieron las lagrimas y le dije que la amaba mucho. En Bogotá estuve 15 días

LA FE MUEVE MONTAÑAS

En esos 15 días mi abuela salió de la clínica y tuvo una recuperación milagrosa, hoy en día está bien gracias a Dios, el cáncer es una enfermedad engañosa, algunos días está bien y otros está mal pero no volvió a recaer más de esa forma, ahora está esperando mi grado y mucho mejor gracias a Dios.

CON ESTO APRENDÍ QUE SOLO HAY QUE TENER FE, QUE DIOS APRIETA PERO NO AHORCA.